lunes, 30 de junio de 2014

Planes de uso público y su importancia en la gestión actual de áreas silvestres protegidas del estado y su entorno

Por Angel Lazo A. (Enc. Nacional Uso Público-Depto. Administración ASP - GASP-CONAF) 

PNRN: Atención de público en Anakena en los '80
Nuestra experiencia y visión respecto al desarrollo de la recreación y el turismo en las áreas silvestres protegidas del Estado (ASP) que administra CONAF es que estos servicios que ofertan las ASP a la comunidad toda, también son considerados herramientas de manejo que contribuyen a la protección y puesta en valor de la diversidad biológica y cultural contenida en dichos espacios naturales protegidos. No obstante, para que sea efectivo lo anteriormente expuesto, su gestión debe estar supeditada a la necesaria planificación territorial - tanto global como específica- de manera de asegurar la compatibilidad con los objetivos esenciales que motivaron la instauración de las áreas protegidas. Lo anterior, también conlleva a la aplicación de los controles y monitoreos a las acciones que se planeen.

La comentada planificación que se efectúa en las ASP, tanto global y específica, también adquiere importancia en el ámbito social, puesto que en el actual mundo globalizado, las actividades contenidas en dicha planificación, deben propender a la entrega de beneficios no solo indirectos, sino que directos para el entorno local, particularmente a las poblaciones vecinas e incluso a las insertas en las áreas protegidas.

En este contexto, la planificación específica concerniente al uso público (Plan de Uso Público) y por cierto compatible con la planificación de todo el territorio de un área protegida (Plan de Manejo), debe obligadamente contemplar la participación de agentes locales desde el inicio del proceso de elaboración del respectivo Plan de Uso Público. Por dichos agentes locales, se considera a toda persona o emprendedor que esté vinculado a la gestión del área silvestre protegida (ASP), ya sea como impulsor u operador de servicios turísticos sustentables o a nivel de proveedores de otro tipo de servicios, o aquellos con la posibilidad de aportar técnicamente a la administración del área, como es el caso del Municipio, Sernatur, Cámaras de Turismo, otros similares y organismos No Gubernamentales ambientalistas o de otra índole.

Por tanto, con esta voluntad de CONAF y visión compartida con terceros, sin duda se rompe efectivamente el paradigma del manejo aislacionista de áreas silvestres protegidas que primó en pasados tiempos a nivel general en el SNASPE (década de los '70 y ´80), cuya tendencia era convertir a las ASP en "islas de protección", lo que implicaba un escaso involucramiento de la comunidad local y a su vez con el riesgo que dicha comunidad no estuviera comprometida con el progreso en el resguardo ambiental o de buenas prácticas ambientales, tanto en el ASP como en su propio entorno.

En este sentido, la planificación tanto global como específica, no debe estar ajena a este enfoque de trabajo en equipo, con énfasis en la búsqueda del bien común y progreso en la triple vinculación del ASP con su entorno local, básicamente los tres componentes de la sustentabilidad (ecológico, social y económico). Enfoque de trabajo, que a su vez promueve la formación planificada de los cluster (encadenamientos productivos) de turismo comunitario sustentable, para beneficio de los habitantes locales, turistas y de las propias ASP.
Refugio PNTorres del Paine

Por otra parte, y en particular referido a la importancia de avanzar en este otro nivel de planificación de las unidades que conforman el SNASPE, llámese Planes de Uso Público, destaca el hecho concreto de la fuerte presión de uso público que experimentan hace más de dos décadas las áreas. Es así que en un período corto la tasa de incremento anual de visitantes que fue de un 7% hasta el año 2010, a contar del 2011 ésta tasa ha sido de aproximadamente 12%. A CONAF, no solo le preocupa este incremento sostenido de la afluencia de visitantes a las ASP, sino que primordialmente las exigencias cada vez mayores de los y las usuarios, por la calidad de los servicios que se entregan en dichas áreas y también a la diversidad e innovación que demandan.

Estamos hoy en día,  detectando un visitante de ASP más culto y sensibilizado con los valores naturales y culturales e, incluso en ciertos casos con bastante conocimiento, lo que obliga por cierto a que nuestros(as) guardaparques mejoren sus competencias laborales en el ámbito del conocimiento del ASP que administran, así como en las técnicas modernas referidas a la gestión de educación e interpretación ambiental.

Todo esto, implica mayores esfuerzos institucionales para reforzar la gestión tendiente a mejorar la experiencia recreativa-turística de las ASP y, sobretodo para el resguardo de los valores naturales y culturales que dichas áreas contienen.

Es por ello que la planificación constituye un instrumento técnico fundamental para ordenar, priorizar y optimizar el desarrollo de servicios y actividades de uso público al interior de las ASP, pero también implica planear los otros componentes del uso público de ASP, me refiero a la Investigación y, la Educación e Interpretación Ambiental,  de tal manera de asegurar la compatibilidad con los objetivos que motivaron la creación de las áreas silvestres protegidas del Estado.  Considerando a su vez, en su diseño, que esté presente la equidad social y el comercio justo.

Los objetivos que persigue tal planificación son:
  1. Ordenar, priorizar y diversificar el desarrollo de actividades de uso público en el territorio del área silvestre protegida, supeditado al cumplimiento de los objetivos de conservación y preservación; al Plan de Manejo (zonificación, objetivos, programas y normas); a la mitigación de los impactos; y la aplicación de criterios de equidad social y de sustentabilidad,
  2. Mejorar la calidad de atención de los(as) visitantes, buscando maximizar su disfrute, conocimientos y comprensión del valor que ostentan las áreas silvestres protegidas para el desarrollo de la Nación,
  3. Integrar la visión de diversos agentes (residentes, gestores turismo y visitantes) en la planificación, logrando su compromiso de protección para el área silvestre protegida, así como la búsqueda de complementos de gestión entre el área y su entorno o área de influencia.
Lo expuesto implica, que de acuerdo a la aptitud y limitantes del área silvestre protegida, así como por los objetivos generales y específicos determinados para ella, se proceda a: diseñar, planificar, monitorear y evaluar las actividades en el marco del Turismo de Intereses Especiales, los que podrán ser construidos y operados con diferentes modalidades de participación local, siendo las posibilidades: permisos o licencias, concesiones y contratos de asociatividad.

Uso público... para todos
El Plan de Uso Público, convoca por tal motivo a la convergencia de visiones para contribuir al mejoramiento socioeconómico local, para el resguardo y puesta en valor de la diversidad biológica y cultural de las ASP y para mejorar la calidad de la experiencia recreativa y educativa de los usuarios (as).

En definitiva, con la planificación participativa estamos evitando la improvisación, logramos el involucramiento voluntario de los agentes locales y su compromiso con la gestión sustentable. Al mismo tiempo se madura institucionalmente en el estilo de gestión de las ASP para la conservación ambiental, en el sentido de comprender que el actual agente conservacionista (directivos, jefaturas, técnicos incluidos los guardaparques de CONAF) es aquel que tiene la habilidad de que su gestión trascienda las fronteras de la conservación de las áreas silvestres protegidas.

Asimismo, los Planes de Uso Público de las Áreas silvestres Protegidas, resuelven las consultas del: ¿Qué hacer?, ¿Dónde Hacer? y ¿Cómo hacer?, en el marco técnico y normativo determinado por los objetivos establecidos para cada ASP, así como del ordenamiento territorial de ella por grados de intensidad de uso (Zonificación).

Todo lo cual posibilita orientar procesos generados por CONAF o en alianza con otros organismos gubernamentales, en materia de - por ejemplo - desarrollo del turismo sustentable. Es así que cobra relevancia tal planificación en el caso de la inserción en instrumentos legales, como es la Ley N° 20.423 (Ley de Turismo) que a través del Decreto N° 50 establece un procedimiento para otorgar concesiones de turismo sustentable en áreas silvestres protegidas que hayan sido priorizadas para el desarrollo de este tipo de turismo por parte de un Comité de Ministros del Turismo.

Hoy la situación actual de esta planificación específica, es que tenemos al año 2013 y a nivel de nuestro SNASPE, 15 Planes de Uso Público y este año 2014 avanzaremos en otros 15 planes.   A nivel internacional, y por ejemplo en América Latina, en países como Argentina, Uruguay y Perú se cuenta también con este tipo de planificación, guiada a través de metodologías muy similares a las nuestra.